Vandalismo total: Juzgue usted mismo la “imparcialidad”

Iba a ser un partido duro, aguerrido en cancha, de alta exigencia física. Pero al final, terminó siendo un duelo peleado desde afuera, con vandalismo desde las tribunas, respeto cero por el espectáculo deportivo, y una joda desde las sanciones y declaraciones. ¡Un escándalo!

El día miércoles 29 de septiembre, una fiesta iba a suceder en Valparaíso. Era un partido de esos que podía elevarte para conseguir la gloriosa copa Chile, o irte de regreso sin nada, no obstante, la U ya había pisado fuerte en un comienzo, mas tocaba la revancha contra la UC. Un partido que servía para ver si Miranda siempre debió ser el DT a cargo del primer equipo o buscar un entrenador extranjero, y además, observar a nuestros jugadores defender a muerte la hermosa camiseta azul, con las garras que un león aguerrido va a por su presa.

Pero lo del miércoles fue un triste espectáculo, un lamentable hecho que no sólo empañó lo que era un pleito normal, sino que enfrasco en la cara de muchos hinchas y televidentes, en que se está transformando el fútbol chileno: En un comportamiento inefable, extremista, raro, y un largo etcétera de cosas que están pasando en las canchas. Un zángano, un delincuente, un malandrín, haciendo uso de bengalas y bombas de estruendo, que ingresaron de manera invisible (?) arrojó algunas de estas a la cancha, causándole daños al arquero Martín Parra, quien tuvo que ser auxiliado por personal técnico y jugadores, y llevado en ambulancia hasta un centro hospitalario en Santiago (¿Por qué no en Viña del Mar o Valparaíso? No sé).

Durante la trifulca, jugadores cruzados pensaba que Parra exageraba, mientras los de la U, ni santos, comenzaban a discutir o incluso propiciar uno que otro golpe, mientras el arquero seguía siendo asistido. Al final, un espectáculo finalizado, un partido suspendido, y un par de declaraciones, de aquí para allá, que empañaron aún más esta “fiesta” del fútbol, fiesta que ya no son como las de antes, todo es comercial, se restringe hasta quien come, debes portar documentos del servicio militar (por si acaso) y al final, te llevas un lumazo siempre

Pero hagamos hincapié en algo ¿Por qué se jugó con público ayer, y como lograron ingresar esos materiales? Que duda cabe de que, en ocasiones, el intervencionismo es la mejor arma para lograr cosas, para acceder a lo restringido, para ganar lo que no se puede vencer, y así muchas otras cosas. ¿Cómo es posible que hinchas hayan causado destrozos, invadido la cancha, robado elementos para el recuerdo, estuviesen en las tribunas ayer? No entiendo, y supongo que usted tampoco. Pero la respuesta puede estar en los hechos sucedidos en una oficina conocida, de ladrillos coloniales, donde banderas ahondan al viento en son de paz, o eso creemos, porque en el fondo, siempre la respuesta no es la que se esperaba. Y ayer, justamente, Universidad Católica pudo jugar como si nada, terminando en desgracia.

Los dardos apuntan a un hombre: Juan Tagle, presidente del club cordillerano, quien fuese el encargado de ver que hinchas estuviesen apoyando a su club en Valparaíso, sin saber lo que sucedería. No obstante, no es la primera vez que la barra cruzada se salva de esto: Si sumamos los meses de este año calendario, en rigor nueve meses (menos de 1 año), la UC registra cerca de 8 incidentes, bastante graves de por sí (alguna excepción quizás). Se leyó en todo Sudamérica lo que pasó con Flamengo y con Talleres, hubo incidentes graves en el clásico ante Colo Colo, y luego con la U, mayormente fuera como dentro del recinto, y en otros duelos con rivales menores, más cosas han sucedido. Con todo eso en carpeta, no se entiende porque tanta permisividad con la hinchada de la franja, mientras la U, equipo que tampoco se ha portado bien (las cosas como son) ha recibido y enfrentado los castigos en la medida de lo posible. Además, los incidentes mayormente han sido contra los jugadores y dirigentes, cuando el actuar del equipo era nefasto y nos mandamases no aparecían. Pues bien, siendo la suma mayor en la vereda contraria ¿Por qué las sanciones fueron iguales, o incluso menores? Tal vez Milad sepa la razón, o los otros dirigentes comprendan más, lo que es claro, es que el duelo de vuelta se juega, con los minutos restantes (85), a puertas cerradas, mientras Parra sigue hospitalizado, con un daño auditivo sin claridad aún. Habrá que rezar por su pronta recuperación, porque de jugar luego ni hablar. La salud es primero.

Muchas veces el hincha de la U tuvo que bancarse jugar sin público partidos importantes, sea por el actuar de pocos, ya que la ANFP imponía sanciones severas si no se cumplían los castigos, pero nunca la rigidez había sido tan cargada sólo hacia un lado. Hoy, el directorio que preside el máximo organismo del balompié criollo, encausa un hecho sin precedentes: Si tiras un petardo para suspender el partido, puedes hacer que lo vuelvan a jugar; Si cae una bengala a otra grada, hiriendo gente o causando daños, no pasa nada, pueden jugar igual; Si tiras proyectiles y no matas a un jugador, no pasa de una multa económica. Ya está, ley pareja no es dura: Juzgue usted mismo la “imparcialidad”, la rectitud que va quedando. Si te conviene, vamos con todo, si no te conviene, que quede como anécdota, volvamos a jugar y dirimir “limpiamente” en la cancha, pues aquí no ha pasado nada, realmente nada.

En Chile, la política gubernamental nunca ha sido esa, nos roba cosas que son nuestras, da la sensación que son peleas y boicot más que productividad y trabajo, de avances, nada. Y en el fútbol, lo mismo, recordemos que Pablo (Milad) en el fondo es un político (además de empresario), y como tal, puede que su decisión pase por economía o un puesto caliente en el fútbol chileno. La prensa clamó por justicia, y obtuvo payasadas, al punto que muchos reporteros y conocidos miembros de prensa estuvieron, por primera vez, a favor de lo que Clark hablaba. Si, primera vez que nuestro presidente rayaba la cancha con mano dura, sí hasta Herrera tuvo palabras certeras. Porque sí, el arbitraje hasta ese momento daba para conspiraciones: Un tiro de esquina que no era, un penal que no fue: Pretend to be shocked!

Por ahora, la U volverá a los entrenamientos, junto al femenino, que preparará su último partido ante Fernández Vial este sábado en Concepción, antes de volar a Quito, pero todos con la preocupación de nuestro joven arquero. A Pablo Aránguiz seguro le sacan un bombo, porque no se guardó nada ante Isla, quien nos trataba de cagones. Felicidades a ese hombre que fue a cuidar a Parra de inicio a fin. Y eso, no queda más que denunciar estos hechos, y revelar manos negras que haya en la ANFP, porque el daño ya está hecho, la sanción ya fue determinada: Somos una vergüenza deportiva, y la U paga justo por NO ser pecadores.

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