Humillación Monumental: Ridículo espantoso

Cuando crees haberlo visto todo, que nada puede ser más malo, llega la U para enfrentar a Colo Colo, con la actitud más deplorable y el juego más horrendo visto en años. Si no nos ganaron por más fue por decencia, por respeto a Leonel Sánchez, o lo sucedido en México.

Cuesta volver a darle vida a un recuerdo, mas no podemos borrarlo de nuestra mente, aún si es hace muchos años. A veces, ese recuerdo queda para decirte que todavía la historia se escribe, que puede cambiar o repetirse, o incluso mutar en algo muy extraño. Pero la cosa es clara: Universidad de Chile volvió a caer en el Monumental, a manos de un cuadro albo avasallador, con pergaminos claros desde el primer minuto, y con un DT que si sabe como resaltar a sus pupilos. Pero el día de ayer, domingo 6 de Marzo, lo mostrado por el cuadro laico fue paupérrimo, terrible, vergonzoso. No sabemos quien atacó primero: los dirigentes, los jugadores, entrenador, staff técnico, etc. Pero sabemos que se perdió de mala manera. Y lo peor, más allá de fallar un penal o de marcarse un autogol, es la fácil humillación, tanto de los rivales e hinchada, como también de los suyos, con una expulsión de Moya digna para crucifijo, y un mediocampo inexistente. No hay control. Sí, Chile es desigual pero este clásico la cagó ¿O es que ahora nos daremos apoyo moral con lienzo, bombos y frases poéticas?

Puedes perder un clásico, obvio que sí. La cuestión es la forma y el desarrollo del partido. Bastaron sólo 15 minutos para ya estar 3 goles abajo, en sólo 6 minutos. No lo sé, pero eso ya es clara señal que la goleada vendrá, y que los 90 minutos serán una tortura eterna, tan eterna como los miles de personas que escapan de Ucrania. En la guerra si hay muerto, acá parece, el plantel llegó muerto al recinto de Macul, o quizás, las balas los petrificaron.

Pero no es este partido, fue un sentimiento mío, sino el presagio de un fantasma que nos ronda de vez en cuando, y un preceder que era claro hace tres fechas atrás, cuando con su cuota de suerte le ganamos a Antofagasta, cuando Ñublense desnudó nuestras falencias, y cuando los celestes de Rancagua nos golpearon de una, y sin poder resolver. El ambiente está tengo y ya preocupa en el CDA, tanto que no sé si al escribir esta nota seguirá Escobar al mando. Clark y Roggiero, junto con Aubert, entraron en código amarillo, cerca del rojo.

Una historia que se repite, y es la tónica con pisco cada vez: En los últimos ocho años, el DT siempre termina peleado, se va sin mucho ánimo, la dirigencia lo culpa y los jugadores bien gracias. Luego, ese entrenador la rompe en otro equipo, le avalan el proyecto y gana todo. O querer jugar bien o querer jugar mal. Jugar sin ganas, serás aplastado como uva.

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