No a la terquedad, sí a sacar conclusiones

La derrota de la U como local ante Huachipato, no solo cimenta un paño de dudas en la idea futbolística de Mauricio Pellegrino, obliga a recapacitar y ver rendimientos individuales y colectivos. ¿Lo más importante? Corregir errores, algunos muy básicos. 

Todo el mundo vinculado a Universidad de Chile esperaba comenzar el 2023 con el pie derecho. La hinchada azul llegó en masa al Santa Laura pero solo pudo ver una pobre actuación de su equipo, pero aún peor, una casi nula idea futbolística. 

Los azules sufrieron un duro golpe en el debut del torneo cayendo 1-3 como local ante Huachipato, poniendo un manto de dudas al proyecto ahora comandado por Mauricio Pellegrino. Como todo partido, perder es parte del juego, pero el entrenador argentino está obligado a sacar conclusiones y a realizar cambios. 

De partida el esquema 4-3-3, utilizado en los amistosos, sigue sin rescatar la mejor faceta de algunos jugadores. Leandro Fernández, quizás el jugador más laureado que tiene el plantel, no se siente cómodo como extremo izquierdo. Por mucho que pueda ayudar, es un dato de la causa que él no ha podido sacar su mejor versión en esa zona. Federico Mateos, de gran temporada en Ñublense, muchas veces se ve lejos de la función que brilló en Chillán: cerca del balón, comprometido y en el circuito de la creación de juego, desde atrás. Juan Pablo Gómez, de gran campaña en Curicó, extrañamente se ve contenido por banda. Poco ataque, mucha defensa, siendo que justamente su mayor virtud es cuando pasa a la faceta ofensiva. 

Con esto, ya son tres jugadores que, con lo visto en Santa Laura, se deja ver que no hay comodidad en los jugadores con el esquema utilizado por el entrenador. La U teniendo a buenos delanteros, como Palacios, Fernández y Guerra, ha optado por jugar con un delantero centro, y con poca ayuda en la elaboración de juego. Así, poco y nada se puede hacer para que esos delanteros conviertan goles. 

Mauricio Pellegrino tuvo su primera prueba de fuego, y la perdió. Y en un club como la U, perder de local, con la cancha llena, es aún peor, por no decir imperdonable. Como todo juego y deporte, perder es parte de las reglas. Puede pasar, está dentro de las posibilidades. Pero luego de verle la cara a la derrota, es una obligación sacar conclusiones, no ser terco y corregir lo que, muchas veces, está ante los ojos de todos. Variar el esquema parece una idea casi obligatoria, sino una mala campaña es el camino que se ve en el horizonte.